Esta noche, Argentina cerrará la fase de grupos ante Perú, con la ausencia de Lionel Messi como nota principal. Una molestia muscular cuyo grado aún no está determinado, marginará al capitán del duelo en Miami, y reemplazarlo de manera adecuada será el desafío que tendrán Lionel Scaloni y sus dirigidos.
Aún cuando evidenció no estar al 100% físicamente ante Chile, y pese a que ante Canadá no mostró su mejor versión, Messi fue clave para el equipo en ambos encuentros. En el primer partido, filtró un pase clave para Alexis Mac Allister, que terminó en el gol de Julián Álvarez, y asistió a Lautaro Martínez para el 2-0. Ante Chile, por su parte, ejecutó el córner que terminó en el gol de Lautaro. Además, como siempre, significó un impulso anímico y futbolístico importante para sus compañeros, y tuvo destellos de su enorme calidad.
Las estadísticas también lo avalan. En sus primeros dos partidos, acertó 75 de los 81 pases que intentó, y fue el jugador que más acciones para la creación de tiros (dos acciones ofensivas que conducen directamente a un tiro al arco) generó: 16.
Por eso, ocupar su lugar no será tarea sencilla. De hecho, tampoco habrá un jugador que cumpla exactamente su función. A priori, quien ocupará su lugar, posicionalmente, y también en materia de referente y capitán, será Ángel Di María. “Fideo” fue suplente ante Chile, pero ingresó en el segundo tiempo, y ahora tendrá su chance de ser el conductor del equipo.
Sin embargo, Di María no es un jugador de las mismas características de Messi. A pesar de ser un jugador de buen pie, con buena visión de juego y mucha técnica, no es exactamente un volante creativo; sino, más bien, un extremo picante, con buen 1vs1, y que suele aparecer más en la finalización de jugadas, aunque también es un buen asistidor.
Por eso, la faceta más “picante” de Messi, en cuanto al desequilibrio individual, quedará en manos tanto de Di María como de Alejandro Garnacho, que sería titular por la banda izquierda. El nacido en España, igual que Di María, es un extremo muy habilidoso y rápido, cuya fortaleza principal está en los duelos individuales. Para el delantero de Manchester United, será una gran chance de mostrar en la Selección el nivel que exhibió en su club.
Por otra parte, la faceta más “creativa” de Messi también estará repartida, en principio, por los dos mediocampistas que jugarán de interiores: Giovani Lo Celso y Enzo Fernández. El rosarino, algo relegado últimamente, ingresó en los dos partidos previos, y mostró su intención de hacerse cargo de la pelota cada vez que pudo, mientras que Enzo, volviendo de a poco a ganar rodaje tras operarse de una hernia en mayo, también tiene características similares. Ambos llegan al área rival, por lo que también podrán asistir a los atacantes; tanto a Di María y a Garnacho, como a Lautaro Martínez, que será el “9”.
Grupalmente, lo que se puede esperar de una Argentina sin Messi es un equipo todavía más solidario, y con mayor funcionamiento colectivo. Aunque la presencia de Di María tiene un peso significativo, no tiene el mismo magnetismo que el “10”, por lo que no pasará todo por un sólo jugador. Además, habrá referentes de peso en cancha, para ser la voz de mando: “Dibu” Martínez en el arco, Nicolás Otamendi en la zaga central, Leandro Paredes en la mitad de la cancha, y Di María adelante.
Así las cosas, está claro que Argentina no podrá reemplazar específicamente a Messi; pretender ocupar el lugar del mejor jugador del mundo es una tarea imposible. Sin embargo, sí tratará de que su ausencia se note lo menos posible, y tiene nombres con una calidad importante como para lograr que eso suceda, y que no haya sofocones en un partido donde, aún sin el “10”, el combinado albiceleste es amplio favorito.